La demanda de dólares se reactivo después de una apertura bajista que llevó a la cotización del dólar a su rango más bajo en casi cuatro meses.
En las sucursales del Banco Nación llegó a operarse a $42,60, pero cerca del mediodía se ofrece a 42,90 pesos. En el promedio de bancos del microcentro porteño se vende a 42,92 pesos.
En la plaza mayorista tocó en el inicio de las operaciones un piso de $41,60, el precio más bajo desde el pasado 21 de marzo, para acoplarse a la baja que se registra en otros mercados emergentes. En Brasil el billete resta 0,8%, a 3,77 reales.
Sin embargo, la demanda mayorista se recuperó a partir de ese nivel y ahora se vende a 41,94 pesos. En la primera subasta de USD 30 millones a cuenta del Tesoro (por un total de USD 60 millones en el día) se pactó un precio promedio 41,994 pesos.
Una postergación de las subas de tasas de interés en los EEUU este año empujó a la baja del billete norteamericano respecto de las monedas emergentes.
Hasta la semana pasada los agentes de mercado descontaban un recorte de la tasa de interés por parte de la Fed de hasta 50 puntos básicos, lo que había animado a las plazas bursátiles mundiales y los activos de riesgo, como las monedas latinoamericanas. Dicho sendero ahora no está tan claro, debido a datos positivos de la economía de EEUU.
Desde los 4,10 reales del pasado 20 de mayo, el dólar en Brasil acumula una pérdida 8% en casi dos meses. En el mismo lapso, el dólar en Argentina restó un 7,2 por ciento.
Aunque en la Argentina la inflación supera el 2% mensual, tasa que Brasil registra en un año entero, la apreciación del peso responde a la vez a las elevadas tasas de interés, que según la referencia de las Letras de Liquidez (LELIQ) del Banco Central sigue próxima al 60% anual.
Para el economista Martín Tetaz, «la otra cara de la moneda de la mejora en la demanda de pesos» por los altos rendimientos en moneda doméstica, que hace «que otra vez aparezca el fantasma del ‘atraso cambiario’ en las palabras de algunos analistas, a pesar de que el tipo de cambio real multilateral está un 23,6% arriba del promedio que prevalecía en la previa a la crisis del 2018, y es 48% superior al de finales del 2015″.
Tetaz afirmó que «no parece haber evidencia de un dólar barato en Argentina, si entendemos por ‘barato’ un precio que genera un desequilibrio en la cuenta corriente del balance de pagos. En todo caso, la debilidad doméstica pasa por la cuenta capital y en particular por la formación de activos externos que, si bien cayó respecto de los picos del 2018, persiste«.
El dólar en la City redujo su apreciación de 2019 a un 11,2%, frente a una inflación que superó el 22 por ciento. En una comparación anual, el dólar ganó 53,2%, frente a una inflación próxima al 55% en los últimos doce meses.
Un reporte de la Bolsa de Comercio de Córdoba puntualizó que en este año electoral en Argentina «la principal caja de resonancia del contexto político e internacional es el dólar«. Por lo tanto, «que la actividad afiance su recuperación, mientras continúan corrigiéndose gran parte de los desequilibrios macroeconómicos, dependerá de que continúe la estabilidad cambiaria«.
«Aún de continuar la fuerte dolarización observada en los últimos meses, típica en períodos pre-eleccionarios, la oferta esperada de dólares es suficiente para enfrentar eventuales presiones de demanda fruto del contexto político. A su vez, esas tensiones cambiarias serán menos probables a medida que se continúe reduciendo la inflación y recuperando la actividad económica», añadió.
Desde que el Banco Central anunció el pasado 29 de abril que podría intervenir de manera discrecional con ventas en el mercado de contado, con acuerdo con el Fondo MonetarioInternacional, el dólar recortó posiciones de forma acelerada.
Aunque la autoridad monetaria no tuvo la necesidad de efectuar ventas, la divisa de EEUU restó 8,8% desde el récord nominal de $46,90 en el promedio al público y $45,97 mayorista del pasado 26 de abril.