Algo más de un mes atrás, la atleta Araceli Rotela, obtuvo dos medallas de oro en los Juegos Parapanamericanos de Bogotá, Colombia, en 100 y 200 metros, y esta semana, volvió a destacarse a nivel internacional, consiguiendo dos brillante cuartos puestos en los 100 y 200 metros del Mundial de Para Atletismo que se disputó en París, Francia.
Sin lugar a dudas es una gran noticia para el deporte de nuestra zona y así fue reflejado en nuestro portal.
Pero detrás de este gran logro deportivo, hay una historia de vida y un triunfo que seguramente es más valioso que el colgarse una medalla.
La joven Araceli llegó hace unos años a Necochea, proveniente de Paraguay, junto a su mamá Mercedes y su hermana, comenzando sus estudios en la Escuela Especial Nº 502.
Allí fue detectada por el entrenador nacional de atletismo Ariel González, quien con el aporte de la inspectora Cecilia Corbellini, la profesora Claudia Pallares, los directivos de la escuela y el entonces director de Deportes Adrian Buño, logró que comenzara los entrenamientos en Lobería y a concentrar con el equipo nacional de la FADEPAC, lo que para ella fue todo una novedad, ya que el deporte fue su herramienta de inclusión, cambiándole por completo su vida.
Hoy, 5 años después de cruzarse por primera vez con “Pilín” González, la joven se transformó en una de las destacadas atletas de nuestro país, ya que mediante gestiones de la doctora Lucía Jano, se le tramitó la ciudadanía argentina, viaja de manera independiente, tiene una beca, entrena y vive con felicidad en la que ya es su ciudad de Lobería junto a la familia de su entrenador, y los fines de semana viaja a Necochea para estar con su madre y su hermana.
Allí, en Lobería, fue elegida como la “Revelación deportiva” del año 2022 y se preparó para obtener los logros internacionales que se mencionan en el inicio de esta nota. Logros que la hacen sumamente feliz y que nos llenan de orgullo a todos los loberenses y necochenses, pero que seguramente no son tan importantes como la mejora en su calidad de vida, que logró gracias al deporte, y vale decirlo, a cruzarse en el camino con la maravillosa persona que es “Pilín” González, quien es mucho más que un excelente entrenador, es quien se ocupa de sus atletas, de acompañarlos, de aconsejarlos, de contenerlos, de gestionarles becas y trabajos y principalmente, de formarlos como grandes personas.
Araceli es sólo un ejemplo de los muchos de los que hemos sido testigos, chicos de diferentes puntos del país que dejaron su lugar de pertenencia, tomaron sus valijas cargadas de sueños y eligieron Lobería para desarrollarse como deportistas y en su vida personal. Lo mismo sucede que cientos de jóvenes loberenses, necochenses, de San Cayetano o Balcarce, por mencionar a las localidades a las que llegamos con Sendero Regional, que encuentran en el deporte oportunidades y condiciones de igualdad. Eso es lo que genera el deporte, pero sobre todo, les enseña a los chicos que con trabajo y esfuerzo se puede crecer en la vida.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.