Apenas terminó el partido, se planteó la duda en las distintas casas. «¿Salimos a festejar?» era la pregunta, pero enseguida empezaron a escucharse los primeros bocinazos y poco a poco la gente se fue acercando al centro, tanto en Lobería como en Necochea.
En Lobería, el lugar elegido fue el monumento a mitre, donde cientos de jóvenes saltaban festejando el título, mientras que una increíble cantidad de autos giraban por las cuatro avenidas, haciendo sonar sus bocinas.
En Necochea, la gente también salió masivamente en sus autos, tocando bocina por las distintas avenidas y también en la costa.
Es verdad que la razón y las restricciones horarias por la pandemia indicaban que no se debía salir a festejar, pero ante tantas pálidas, la alegría, la necesidad de festejar y la pasión pudieron más.