¿Está bien invertir dineros públicos en la realización de festivales?
La pregunta es válida y el interesante debate suele darse periódicamente, cada vez que un gobierno, sea local, provincial o nacional, organiza algún tipo de evento popular.
Esto sucedió la semana anterior en Necochea y Balcarce, donde se llevaron a cabo con rotundo éxito, dos de los eventos más importantes de nuestra región.
El 62º Festival Infantil y la 30º Fiesta Nacional del Automovilismo, convocaron a miles y miles de personas, tanto de las ciudades anfitrionas como de toda la región, que pudieron disfrutar de espectáculos de primerísimo nivel nacional y también de los talentosos artistas locales y de la zona.
Evidentemente, para congregar semejantes multitudes, el programa debe ser atractivo y la infraestructura a montar es inmensa. Lograr ese cometido implica realizar inversiones millonarias y es lo que hicieron los municipios de Necochea y Balcarce.
Ahí es donde surge la pregunta con la que inicié este editorial y mi opinión al respecto es que sí, que el dinero utilizado para la organización de los eventos populares, está bien invertido.
En principio, estos festivales permiten que toda la población, sin distinción de clases sociales pero principalmente los sectores más humildes, tengan acceso a disfrutar de espectáculos que de otra manera difícilmente podrían ver.
Aunque las dos fiestas a las que me refiero tienen características diferentes, hay algo que las une y es que pueden ser vividas en familia. Desde los más pequeños hasta los adultos pudieron disfrutar de las mismas.
Pero más allá del bienestar que genera en la población el hecho de ver un espectáculo, recorrer paseos, disfrutar de exposiciones, etc., es necesario destacar que el dinero que el Estado invierte en la organización, a su vez es generador de importantes ingresos al sector privado, por lo que se puede decir que es un círculo virtuoso y esa plata termina quedando en la propia ciudad.
Es que alrededor de cada evento, hay proveedores locales que trabajan para el mismo, hay emprendedores que logran mostrar y vender sus productos, hay estaciones de servicio que incrementan la venta de combustible, hay alojamientos que reciben visitantes en esos días, hay comercios que venden más, hay artistas locales que tienen su lugar en el escenario junto a otros consagrados y así podría seguir enumerando un largo rato.
Seguramente, siempre habrá alguna obra o elemento que pareciera más necesario que la inversión en un espectáculo, pero justamente por eso el Estado tiene diversas áreas y todas ellas tienen su importancia.
Es por eso que me parece bien exigir al gobierno de turno distintas obras, mejoras en los servicios, en la Salud, en la seguridad… pero eso no debe ser en detrimento de la realización de eventos que todos podemos disfrutar.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.