Devaluación, inflación y recesión afectaron los hábitos de compras de las familias

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El Indec informó que en diciembre 2018 se registró la sexta caída consecutiva de los niveles reales de ventas en supermercados, shopping y también en el conjunto de las casas de electrodomésticos y artefactos para el hogar, a tasas que promediaron los dos dígitos porcentuales.

Fue la consecuencia directa de una economía que frente al brusco salto del tipo de cambio entre fines de abril y mediados de septiembre, que provocó una fuerte aceleración de la tasa de inflación, más en el canal mayorista que en el minorista, ajustó más por la pérdida de poder de compra de los salarios y también de las jubilaciones y pensiones, que por destrucción de empleos, porque sus efectos negativos sobre el consumo fue extendido.

Y dada la prioridad que en todo presupuesto familiar tiene el gasto en alimentos, los más afectados fueron los productos prescindibles, como los artefactos y electrónicos para el hogar; la compra de alimentos preparados y de rotisería; e incluso de verdulería y frutería, y también el gran conjunto de «otros» en la clasificación del Indec, que incluye a artículos de bazar, juguetería, principalmente.

En el caso puntual de diciembre, la estructura de gastos que presenta la estadística del Indec permitió detectar que ahora una familia destina 3,6% más de su presupuesto a la compra de alimentos y bebidas; principalmente en productos de almacén y carnes, que son los que más rápidamente acusan los efectos del salto del tipo de cambio, y de la caída del salario real. En conjunto pasaron a absorber más de 2 de cada 3 pesos gastados en el súper.

También se observó que la franja de artículos de limpieza del hogar y para el cuidado personal ganó en preponderación en el gasto total, subió en casi 1 punto porcentual, a poco más de 14% del total.

En el promedio del año el cambio en la composición de la distribución de las compras en el conjunto de las cadenas de supermercados fue notablemente más atenuado, por efecto de la virtual estabilidad que se registró en la mayor parte de la primera mitad del año.

El total de alimentos y bebidas absorbió 1,4% más que en 2017, a 67,8% del presupuesto, unas tres décimas de puntos porcentuales menos que en diciembre último.