En el Palomar de Caseros se enfrentaron por ultima vez el Ejército Grande, liderado por Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, y compuesto por tropas de Entre Ríos, Corrientes, Brasil, Uruguay y exiliados unitarios, contra el Ejército Federal de la Provincia de Buenos Aires, comandado por Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires.
Desde que cursamos la escuela primaria todos recordamos, algunos más vagamente que otros, que el debate detrás de ese cruento evento no era otro más que el control económico de la salida comercial de productos por la única vía navegable que conectaba Argentina con el mundo de aquel entonces.
Parece que ahora volvemos sobre esos pasos y se reinstala una aduana local, por la voracidad recaudatoria de un intendente municipal.
La noticia que ha tomado relevancia nacional, es que se aprobó en la última sesión del Honorable Concejo Deliberante de Necochea, la instalación del “Fondo Compensador Vial solidario (Fo.Co.Vi)”, cuya reglamentación aun no conocemos pero a la que todos denominan como «Tasa Portuaria». Esta consistirá en la imposición de un gravamen sobre el tránsito de productos agrícolas cuyo destino sea el Puerto Quequén.
El proyecto fue impulsado desde Unión por la Patria e incorporado al proyecto de la Fiscal e Impositiva, siendo aprobado por mayoría, con los únicos votos negativos de los ediles de La Libertad Avanza y las abstenciones de la ACT y un concejal justicialista .
Llamativamente, debe decirse, la Cámara de Apelaciones Federal de Mar del Plata en su competencia consultiva, ha dado razón al municipio para imponer una tasa similar a la presente, en tanto se trate de la prestación efectiva de un servicio y respete los demás principios del derecho tributario argentino (suponemos).
Pero el somero análisis del tributo que se impone ahora, arroja más preguntas que aseveraciones. Parece que las vías que conducen al puerto serán sostenidas solo por aquellos que las usan para el traslado de granos con destino a la exportación.
Un camión con piedra u otro con arena que transiten esas mismas calles no deberán soportar esa carga fiscal.
Es más, paradójicamente un convoy de camiones con destino al mismo Puerto Quequén para realizar una obra civil dentro de las instalaciones no deberá soportar la “tasa portuaria”. ¿Quiénes habrán de hacerlo? Pues los productores agropecuarios de la región que verán en la liquidación de su producción un nuevo renglón en la lista de descuentos.
Y no solo los de Necochea, sino los de todos aquellos distritos que por cercanía vean su mercadería salir por el puerto de ese distrito.
Tan ridículamente aduanera es la “Tasa”, que según el destino de los granos que transiten por esas rutas será la carga de contribuir al “mantenimiento diferenciado”.
Imagine la escena. Salen de una planta de acopio dos equipos, ambos con maíz de la misma cosecha, con los mismos grados de humedad y calidad. Solo que uno lleva destino al puerto para exportación mientras que el otro continuó su camino hacia un campo de cría de ganado. Solo el que llegue a puerto pagará por el mantenimiento de calles. Y todavía uno lee en alguna entrevista al jefe de Gobierno local que no se trata de otro arancel más a la exportación.
Esta historia ya la conocemos desde pequeños y sabemos desde entonces que no termina bien.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.