Por Valerio Cherenscio – Periodista Sendero Regional
El camino hacia el éxito no siempre es lineal y, a menudo, está pavimentado con sacrificios y persistencia. Tal es el caso de Gonzalo Maldonado, un joven de Lobería que, a pesar de los reveses y sinsabores que muchas veces entrega el fútbol, nunca abandonó sus sueños en el mundo del deporte que tanto le apasiona.
Conocido en nuestra ciudad como «Colombia», Gonzalo jugó en las inferiores de Independiente de Lobería, para luego destacarse en la Primera de Jorge Newbery.
La búsqueda de su sueño lo llevó a las inferiores de Lanús, donde tras un año, quedó libre. Sin embargo, lejos de desanimarse, «Colombia» persistió en su objetivo de crecer en el deporte que ama. Su pasión y determinación lo llevaron a Córdoba, donde firmó su primer contrato con Belgrano, para posteriormente ser cedido a préstamo a Deportivo Armenio.
A pesar de que la temporada estaba en marcha y el plantel ya armado, Gonzalo no tardó en ganarse un lugar en el equipo gracias a sus buenas actuaciones y goles. Su tenacidad y talento fueron clave para que el equipo compitiera hasta la última fecha por el campeonato.
El pasado domingo, Gonzalo convirtió tal vez su gol más importante, en el partido de ida por los cuartos de final del Reducido, ante Dock Sud, y ahora su equipo buscará hacer valer la ventaja conseguida para seguir adelante en el objetivo de ascender al Torneo Nacional.
De a poco, el loberense empieza a ver como lo que tantas veces imaginó, comienza a cristalizarse.
Gonzalo viene de un origen humilde y se destacó en Jorge Newbery antes de brillar en la B Metropolitana, lo que me recuerda a la trayectoria de otro destacado delantero de nuestra ciudad, como lo es Enzo Díaz, quien demostró que nunca es tarde cuando se tiene talento, condiciones, perseverancia y amor por lo que uno hace. Como amante del fútbol y de Lobería, siempre me alegró muchos cuando los jóvenes de nuestro distrito lograron trascender y llegar al profesionalismo, y es por eso que deseo que Gonzalo pueda seguir los pasos de Enzo y continuar su ascenso en el mundo del fútbol.
La historia de Gonzalo Maldonado es un testimonio de la importancia de la perseverancia y la dedicación, recordándonos que, a pesar de las adversidades, los sueños pueden ser alcanzables cuando se cuenta con las condiciones y el talento, pero además, se trabaja con pasión y constancia. Gonzalo hoy, como Enzo antes, nos mostraron que con esfuerzo y determinación, el fútbol (y la vida) pueden empezar a hacer guiños favorables.