En los meses de más calor y de mayor exposición al sol, hay algunos componentes de productos de belleza que resultan prohibidos o se recomienda hacer un uso muy reducido y controlado.
¿Por qué ? Se trata de los principios activos que contienen las fórmulas antiage que se utilizan para renovar y mejorar la textura de la piel y retrasar los signos del paso del tiempo pero que, cuando nos exponemos al sol, pueden generar manchas e irritaciones.
Sin embargo, en los últimos años, los avances en las formulaciones dermatológicas hicieron que determinados principios que antes eran suspendidos en época estival puedan usarse en forma controlada durante todo el año.
¿Cuáles son y para qué sirven estos activos que pueden irritar la piel o mancharla?
Los principios activos que debemos evitar durante el verano son: retinol, ácido glicólico, mandélico y salicílico, que están presentes en renovadores celulares incorporados en cremas que aplicamos en la cara y solemos usar en casa. Su función es generar una descamación imperceptible de la piel, lo que la hace más fina y vulnerable, de manera que su forma de defenderse de la agresión del sol es pigmentándose.
La acción de estos activos consiste en exfoliar o descamar, según sean sus concentraciones o posibles combinaciones, por lo que la piel se vuelve más fina y probablemente más sensible, quedando más expuesta a la acción de los rayos del sol. Durante el verano conviene disminuir o suspender las concentraciones en las formulaciones. Otro recurso es espaciar su aplicación, es decir, en lugar de todos los días, sería de mejor aplicarlos dos o tres veces por semana alternando los días, siempre según el consejo médico adaptado a cada tipo de piel y paciente.
En el verano es fundamental estar atentos a nuestra rutina de cuidado facial y seleccionar los productos adecuados que no dañen la piel. Así, como debemos utilizar hidratantes con texturas más suaves y ligeras y no olvidarnos del fotoprotector, debemos tener un mayor cuidado en la utilización de sustancias ácidas como el ácido glicólico, mandélico, salicílico y retinoico. Si bien los usamos por sus beneficios antiage, porque mejoran arrugas y manchas al renovar, eliminar células muertas y activar el metabolismo de nuestra piel, también la dejan más vulnerable a la radiación ultravioleta.
Otro de los principios activos que se recomienda discontinuar porque pueden producir irritación en zonas fotoexpuestas es la hidroquinona. Se trata de un despigmentante que si se utiliza en verano puede producir una mayor pigmentación en las zonas que buscábamos aclarar. Cuando utilizamos un principio activo irritante y exponemos nuestra piel al sol, corremos el riesgo de que esta se manche aún más. Una mayor intensidad del sol durante los meses de verano implica un riesgo mayor de sufrir de hiperpigmentación, es por eso que durante esta época del año se desaconseja el uso de estos principios activos, dado que pueden significar un riesgo para la apariencia y calidad de la piel.
El uso de estos componentes no se recomienda en la época de mayor radiación, sin embargo, en algunos casos, se puede continuar con el tratamiento con los recaudos necesarios, aunque siempre conviene contar con el seguimiento y asesoramiento de un profesional. Lo primero es utilizar productos que contengan estos activos por la noche sobre la piel limpia. Bajar la frecuencia de uso diario a dos veces por semana. Y lo más importante, es usar protector solar todos los días.
Eva Fischer, es médica dermatóloga especialista en medicina de estética y reparadora.