Al día de hoy solo el 12% de los 57 millones de personas que requieren cuidados paliativos en todo el mundo acceden a ellos. En la Argentina, el porcentaje es aún menor: estimaciones de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (AAMyCP) muestran que en el país el acceso es menor al 5%.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de los adultos que requieren cuidados paliativos padecen enfermedades cardiovasculares (38,5%), cáncer (34%), afecciones respiratorias crónicas (10,3%), VIH/SIDA (5,7%) y diabetes (4,6%). Otras condiciones que pueden hacer necesario los cuidados paliativos son: insuficiencia renal, enfermedades hepáticas crónicas, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, artritis reumatoide, enfermedades neurológicas, demencia, anomalías congénitas y tuberculosis resistente a los medicamentos.
Según la definición de la OMS, los cuidados paliativos constituyen un planteamiento que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correctos del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual. Los programas de asistencia paliativa utilizan el trabajo en equipo para brindar apoyo a los pacientes y a quienes les proporcionan cuidados. Esa labor comprende la atención de necesidades prácticas y apoyo psicológico a la hora del duelo. La asistencia paliativa ofrece un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible.
El difícil momento de suministrar a cuidados paliativos
El doctor Dario Niewiadomski, médico oncólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Cancerología, explicó el caso de una paciente F.V. de 43 años que acudió al servicio de urgencias tras llevar aproximadamente tres meses con un dolor en el costado derecho del cuerpo, que había sido diagnosticado en varias ocasiones de lumbalgia mecánica, y no había mejorado con la medicación antiinflamatoria sugerida.
F.V tiene dos hijos de 15 y 12 años, es divorciada por lo que vive sola con ellos. Sus padres viven a pocas cuadras de su hogar, tienen 76 y 79 años con múltiples enfermedades que requieren un cuidado especial. Su única hermana vive en el exterior y, por temas laborales y personales no puede viajar para ser un apoyo tanto de sus padres como de su hermana.
“En este contexto de pandemia por el cual se está pasando resulta todo mucho más complicado desde la anulación y postergación de turnos para diversos estudios, controles con distintos especialistas, sus hijos se encuentran dentro de su casa constantemente por lo que ven el deterioro franco. Sus padres no pueden salir de su casa y ella tampoco puede deambular”, comentó el especialista, que definió que el cuadro de la paciente es una enfermedad grave progresiva, en estadio avanzado con dolor y sensación de falta de aire, además de hiporexia (poco apetito), trastornos del sueño, náuseas, constipación y ansiedad.
La mayoría de los síntomas en Cuidados Paliativos responden a un origen multifactorial, por ejemplo, las náuseas pueden deberse al tratamiento, a la medicación del dolor, a la ansiedad; del mismo modo la falta de aire puede deberse a su compromiso pulmonar, pero también a la debilidad que presenta su cuerpo, a una anemia que seguramente tenga por la enfermedad y el tratamiento, entre otros motivos; así ocurre con la mayoría de los síntomas que aparezcan. Así como su causa es multifactorial, el tratamiento y las medidas para tratar estos síntomas debe encararse desde distintos ángulos, con medidas famacólogicas y no farmacológicas y con un equipo de diferentes profesionales, incluyendo médicos, enfermeros, pisocólogos, trabajadores sociales, etc.
Silvio Pederiva, especialista en Cuidados Paliativos y Director Médico de CCP Baires.