Consejos para que el trabajo no atente contra una vida saludable

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El trabajo es, para bien o para mal, la segunda casa de la mayoría de los adultos con empleo. Allí pasan un tercio de su día o la mitad de las horas en las que están despiertos, por lo que si desean llevar un estilo de vida saludable el ambiente laboral no debe quedar afuera de ese plan. Una buena alimentación y estrategias para combatir el sedentarismo son dos pilares que ayudan a los trabajores a mantenerse sanos y, además, redunda en beneficios para el empleador porque reducen el ausentismo y mejoran la eficiencia.

Mónica Katz, directora de la carrera de Especialista en Obesidad y del Posgrado en Nutrición de la Universidad Favaloro, ofrece una serie de consejos para llevar una alimentación saludable en el lugar de trabajo:

– No comer en el escritorio; es preferible tener sólo 15 minutos de almuerzo agradable compartido, que comer en media hora frente a papeles o pantalla de la PC.

– Planificar compras una vez por semana para llevar al trabajo.

– Estudiar las opciones de comidas cercanas al trabajo.

– “Emplatar” el almuerzo, sacar siempre foto al plato antes de comer y compartirla en las redes sociales. Esto mejora conciencia de volumen ingerido.

– Preparar colaciones saludable: frutas; barras de cereal; porciones de queso, de galletitas o de snacks salados horneados (menos de 25 o 30 gramos); mix de frutas secas; sándwich en pan árabe de queso magro; fruta desecada (menos de 30 gramos).

– Para completar una alimentación saludable, la hidratación es esencial; se deben beber al menos 8 vasos por día. La subhidratación deteriora el desempeño cognitivo y esto sucede al pasar 2 horas en ambiente seco (aire acondicionado) sin beber.

Por la cantidad de horas que los trabajadores transcurren en él, el ambiente laborar “es un lugar lógico para realizar intervenciones de salud”, considera Christopher Wanjek quien, a pedido de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), escribió el libro La alimentación en el trabajo. Precisamente, los programas de alimentación en fábricas, empresas y empleos diversos “pueden prevenir deficiencias de micronutrientes y enfermedades crónicas como la obesidad” y reduce el riesgo de que los empleados sufran otras enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer).

El investigador, que hizo un estudio profundo sobre la situación de la alimentación laboral en gran parte del mundo, explica que “la inversión en nutrición queda saldada porque consigue una reducción de ausentismo por enfermedad y accidentes y aumenta la productividad y la moral. Estos programas de nutrición en el trabajo son buenos para los empleados, para el negocio y para los países”. Una nutrición inadecuada lleva a pérdidas de productividad cercanas al 20%, graficó. Que los empleadores se conviertan en aliados de la salud de sus trabajadores es, entonces, un negocio que aporta beneficios en ambas direcciones.

Pero la alimentación no es el único aspecto en el que se pueden modificar conductas dentro del ambiente laboral. En aquellos actividades que obligan a pasar muchas horas sentado se pueden adoptar estas estrategias para combatir el sedentarismo:

– En lugar de llamar por el interno o enviarle un correo electrónico a un colega de oficina, caminar hasta su escritorio para comunicarle o consultarle lo que necesita.

– Utilizar las escaleras en lugar del ascensor, siempre que se pueda

– Si las distancias lo permiten, intentar ir caminando o en bicicleta hasta el trabajo. También se puede estacionar el auto a varias cuadras de distancia o bajarse algunas paradas antes del transporte colectivo o el subte para recorrer una parte del trayecto a pie.

Katz, además, considera que todos los trabajadores debería disponer de un cuentapasos. Aquellos que tengan un promedio de 3.000 a 4.000 por día deberían estar alertas y tratar de incrementar el número hasta al menos 10.000, sostiene. Y propone que los empleadores premien a los trabajadores que den mayor cantidad de pasos.