Para realizar un trasplante es necesario un recurso tan abundante como escaso a la vez: los órganos. Cada donante puede salvar la vida de ocho personas. Sin embargo, la falta de donantes es un problema de alcance mundial. Según el INCUCAI, en la Argentina, 799 pacientes murieron esperando un trasplante en 2017.
Cuando alguien dice «soy donante» toma la decisión más altruista como ser humano: legar sus propios órganos para que luego de su fallecimiento otros puedan tener la esperanza de seguir con vida.
Según datos del INCUCAI, en la actualidad 7.830 pacientes -entre ellos 250 son niños y adolescentes- esperan un trasplante de órganos y 2.961 un trasplante de tejidos. El pasado 30 de mayo se conmemoró en nuestro país el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. La fecha se debe al nacimiento de Dante, el primer hijo de una mujer trasplantada hepática en un hospital público (Doctor Cosme Argerich), hecho que simboliza la posibilidad de vivir y dar vida luego de un trasplante. Por este motivo, todo el mes de mayo se presenta como una oportunidad para estimular la conciencia sobre el valor de la donación de órganos y tejidos para trasplante y reflexionar acerca de un problema de salud que afecta a numerosos ciudadanos de este país.
En 2017 hubo en la Argentina 1892 trasplantes de órganos concretados, lo que representa una marca histórica en el sistema de donación, y que permitió registrar una tasa de trasplante de 42,96 por millón de habitantes. Los valores alcanzados consolidan a la Argentina como país referente en la región. Sin embargo, aún falta mucho por hacer: 799 pacientes murieron esperando un trasplante.
En todo el 2017 los datos fueron alentadores. La procuración de órganos experimentó un crecimiento de un 15,53% respecto al 2016, incrementándose de esta manera la tasa de donante por millón de habitantes en 2,65 puntos.
En la actualidad los principales órganos y tejidos trasplantados son: piel, riñón, hígado, huesos, córneas, corazón, páncreas y médula ósea. Llevar adelante campañas de trasplantes de órganos es posible gracias a la acción en conjunto de una sociedad concientizada, los establecimientos hospitalarios intervinientes y los organismos de procuración pertenecientes al sistema sanitario argentino.