Esta mañana se dieron a conocer las imágenes tomadas por las cámaras del Centro de Monitoreo, las cuales fueron fundamentales en la investigación de la muerte de Magalí Vera y por la que quedó imputado su esposo, Javier Cerfoglio, por «Homicidio doblemente agravado».
El video que fue aportado como prueba, muestra al vehículo circulando a gran velocidad por la avenida Jesuita Cardiel, en dirección a la terminal, dirigiéndose hacia la ribera del río Quequén, perdiéndose entre los pastizales antes de volcarse en el agua. Si bien el material no es concluyente por sí solo, se suma a una serie de pruebas que incluyen lesiones previas encontradas en el cuerpo de Magalí Vera, especialmente en el cráneo y el cuello, que sugieren que la víctima sufrió golpes antes del incidente. La autopsia también reveló que la causa de la muerte fue asfixia por inmersión, pero las heridas anteriores refuerzan la hipótesis de que se trató de un femicidio.
Además de las evidencias físicas, los testimonios y las contradicciones en el relato de Javier Cerfoglio siguen siendo clave en la investigación. El hombre, que inicialmente afirmó que perdió el control del vehículo tras una discusión con su pareja, fue filmado circulando a alta velocidad, sin signos de intento de frenar. Las declaraciones de testigos, quienes aseguran haber visto una pelea dentro del auto antes de la tragedia, también han puesto en duda la versión inicial de Cerfoglio, aumentando las sospechas sobre su implicación en el asesinato.
Cerfoglio fue detenido y está imputado por «Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género», mientras continúan las pericias para confirmar si efectivamente el hecho fue un acto deliberado. Las autoridades ahora investigan si el incidente estuvo premeditado y Cerfoglio actuó con la intención de quitarle la vida a Magalí Vera, tras la secuela de violencia que había precedido la caída al río.
La víctima, de 34 años y madre de un niño de 12 años, fue reconocida en la comunidad por su trabajo en la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) y su amor por la pastelería. Su trágica muerte sigue conmoviendo a la ciudad de Necochea, en el marco de un creciente alarmante de femicidios en la región.