El secretario de Legal y Técnica, Ernesto Povilaitis, argumentó al respecto que “fue un error entre la Provincia y las autoridades municipales de hace más de 20 años cuando el Casino pasó a manos de la comuna” para resaltar que “el pliego, de hecho, contempla esta situación, con lo cual no es un obstáculo”
El secretario de Legal y Técnica, Ernesto Povilaitis, también se refirió al nuevo llamado a licitación para la adquisición y desarrollo urbanístico del complejo Casino, ícono de la nuestra ciudad que hoy se encuentra a la espera de la mano de un inversor para volver a ser.
“A partir del lunes estarán los pliegos disponibles en el marco del segundo llamado para la venta del complejo, con el mismo valor que en el primer llamado de 200.000 pesos” aseveró el funcionario, para agregar que “el 22 de febrero será la fecha de apertura de ofertas”.
Luego, Povilaitis dejó en claro que no hay problema de escritura en ningún lote del edifico que complique la comercialización del inmueble, al puntualizar que “eso fue un error entre la Provincia y las autoridades municipales de hace más de 20 años cuando el Casino pasó a manos de la comuna, que se hizo por ley y por un decreto provincial” razón por la que “se trata de un trámite administrativo que ya está en vías de solución” al tiempo que afirmó que “el pliego, de hecho, contempla esta situación, con lo cual no es un obstáculo para avanzar con la licitación”.
En cuanto a potenciales interesados en acercarse a formar parte de este segundo llamado, indicó el abogado que “la licitación es pública y abierta a cualquier persona, así que esperamos varias ofertas”.
Con respecto a lo anterior, manifestó para terminar que “tranquilamente el oferente anterior (Casinos de Victoria S.A.) se puede presentar nuevamente pero bajo las condiciones que indica el pliego” al recordar que en aquella ocasión, diciembre del 2020, “nos había planteado un condicionamiento mediante el cual pretendía hacer un pago de alrededor de 1 millón de dólares y, el resto, a partir de la que la Provincia nos extendiese la escritura, algo que el pliego no prevé, lo que terminó en el rechazo”.