Pese a la vigencia de las retenciones, la caída de precios internacionales, y la incertidumbre económica y política, el campo estima una campaña fina, donde el trigo será protagonista.
Ayer, durante el acto de lanzamiento de la Campaña Fina 2019/2020, que organizó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), los técnicos de la entidad proyectaron un incremento del área de siembra y cosecha de trigo, en un escenario de buenas condiciones climáticas para el corto y largo plazo.
La BCBA proyecta un área de siembra de 6.400.000 hectáreas, 200.000 más que la campaña anterior, y sin el actual sistema de retenciones podría haberse incrementado en un 4,7% adicional, hasta alcanzar los 6.7 millones de hectáreas. Por su parte, la cebada mantendrá 1 millón de hectáreas sembradas, la misma cantidad que el ciclo anterior.
En lo que respecta a la producción total, el trigo proyecta una cosecha de 20.600.000 toneladas, un 8,4% de aumento en relación al ciclo anterior, y para la cebada se prevé una producción total de 4 millones de toneladas, una leve caída en los rendimientos que se cosecharían en el ciclo que comienza en los próximos días. Entre ambos cultivos de invierno, aportarían una siembra récord de 7.400.000 hectáreas y una cosecha de 24.600.000 toneladas.
Según Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales porteña, en la nueva campaña habrá un contexto diferente, con un escenario climático favorable en el corto y mediano plazo, y con precios al momento de la cosecha un 10% por debajo de la pre-campaña anterior, pero superior al promedio de las últimas cinco campañas.
Impacto de la producción
Para los especialistas de la bolsa de cereales porteña, el Producto Bruto de trigo y cebada totalizará un valor de 3.950 millones de dólares. A pesar del aumento de las cantidades producidas y exportadas, la disminución de precios internacionales observada en los últimos meses ha impactado sobre este cálculo, que presentará una disminución del 7% en relación a la campaña anterior. Además, las cadenas vinculadas a los cereales de invierno aportarían durante 2020 unos 3.500 millones de dólares en exportaciones y 1.100 millones en recaudación fiscal, siendo esta explicada fundamentalmente por el impuesto a las ganancias -38%- y los derechos de exportación -31%-.
“El trigo junto a la soja de segunda continúan siendo la opción más redituable para los productores en esta campaña”, aseguró Agustín Tejeda Rodríguez, Economista Jefe de la Bolsa de Cereales.
Por otro lado, el economista destacó el potencial del cultivo a largo plazo analizando los posibles impactos de la implementación de distintas políticas relacionadas con el desarrollo, adopción de tecnologías y mejoras en logística e infraestructura. “Argentina podría duplicar la tasa de crecimiento esperada en la producción de trigo para los próximos 10 años. El principal desafío se encuentra en los mercados internacionales”, explicó Tejeda Rodríguez.
Por último, hubo una mención especial a la inversión del productor en los paquetes tecnológicos, que continua en niveles elevados. En Argentina más del 80% de la producción de trigo y cebada se realizó con niveles medios y altos de tecnología, y para la próxima campaña fina 2019/20 el volumen de fertilizantes podría crecer entre un 4 y un 7%, dependiendo del contexto climático. También se proyecta un aumento del 3 a 5 % en el volumen de fungicidas y del 3 % en el uso de semillas.