Cuando reinan las bajas temperaturas, es usual que se inicie un período en el que las enfermedades más comunes empiezan a proliferar.
Durante los meses de invierno, la población más vulnerable son los niños menores de cinco años y los adultos mayores. «Cabe destacar que la mayoría de las enfermedades invernales son causadas por virus, y otras por bacterias; a esto hay que sumar que los cuidados deben extremarse porque, al ser respiratorias, son de fácil contagio entre las personas». La médica pediatra Cecilia Avancini es jefa de Pediatría de Vittal y dio algunos consejos para atravesar las bajas temperaturas de una forma saludable.
Resfrío: Su duración es de tres a cinco días y provoca síntomas como congestión o secreción nasal, tos, estornudos, dolor de garganta, fiebre baja y dolores de cabeza.
Gripe: Su duración es entre cinco y diez días. Presenta síntomas similares al resfrío, pero más intensos con dolor muscular y fatiga.
Bronquitis: Puede ser una bronquitis aguda, o bien una bronquitis crónica que se agudiza en la época. Se presenta con tos persistente con expectoración, fiebre, cansancio, decaimiento, dificultad para respirar y dolor en la parrilla costal.
Faringitis: Se manifiesta con dolor de garganta intenso, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular e inflamación ganglionar en el cuello.
Neumonía: Es la principal causa de internación en esta época del año. Presenta fiebre alta, dolor de espalda, tos con expectoración y malestar general con presencia de dolores musculares.
Conociendo y detallando las enfermedades más recurrentes, es posible establecer las formas más recomendables para evitar el contagio y la propagación de gérmenes.
En ese sentido, la especialista recomendó:
– Ventilar la casa durante el día, aproximadamente unos 20 minutos.
– Cubrirse la boca al toser o estornudar usando el antebrazo.
– Lavar de manera habitual las manos con agua y jabón.
– Evitar cambios de temperatura bruscos.
– Evitar el contacto directo con personas contagiadas.
– Consumir alimentos con alto porcentaje de vitamina C, como kiwi, cítricos, brócoli, espinaca, tomate y repollo, por mencionar algunas.
– Utilizar pañuelos descartables, ya que evitan los riesgos de «reinfectar» a través de las manos.