El loberense Eduardo Cachavilano, conocido en el ambiente del Freestyle simplemente como “Cacha”, estará una vez más en la Final Nacional de la Red Bull Batalla De Los Gallos, competición anual comenzada en 2005, en la cual participan todos los países de habla hispana.
Se trata de la competencia más importante del país y, de lograr ganarla, le dará la posibilidad de participar en la final mundial.
El joven de nuestra ciudad será uno de los 16 finalistas de todo el país, que se presentarán en el Luna Park el 25 de agosto y de entre ellos saldrá un ganador que irá a competir por el título mundial, que este año se disputa en México.
“Cacha” competirá contra los mejores del país y se mostró confiado en hacer un buen papel. “Creo que este puede ser el año. Primero mi sueño era llegar a la final nacional, ahora quiero ganarla” afirmó.
Vale destacar que esta competición está basada en la capacidad para improvisar en un combate verbal uno contra uno entre dos raperos cuyo objetivo es, mediante rimas, humillar y quedar por encima del rival.
La batalla está regida por un jurado que decide quién gana cada ronda.
“Cacha” ha logrado numerosas victorias a nivel regional y nacional, habiendose presentado a nivel internacional. Sin ir más lejos, la semana pasada estuvo en un importante evento en Colombia, compartiendo el mismo con Julián Serrano, uno de los youtubers más populares.
Subcampeón en el Gran Rex
El optimismo del loberense respecto de sus posibilidades en la final nacional de la Red Bull, está basado en el excelente presente que atraviesa. Hace algo más de 15 días, participó en el Duelo de Campeones en el Teatro Gran Rex, donde se consagró subcampeón, venciendo en primera ronda al campeón chileno y subcampeón mundial en 2014, Kaiser, luego al representante de España, Khan, y posteriormente a Klan, quien está entre los Top 5 de nuestro país.
Por último, en la final ante Trueno, perdió tras dos réplicas, que se piden cuando el jurado considera que hubo empate. El artista de nuestra ciudad contó que competir en el Teatro Gran Rex, que estuvo repleto, “fue una experiencia inolvidable”