Balance de fin de año

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Con los últimos meses del año llegan también las reflexiones y el balance sobre lo vivido. ¿Se cumplieron las metas y los sueños planteados hace un año? ¿Cuáles? ¿Qué queda pendiente y está pasando a la lista de este año? Pero hay algo más: ¿cómo se vivieron estas cincuenta semanas? ¿Cuál fue el tono emocional predominante? ¿Alegría? ¿Tristeza? ¿Esperanza? ¿Desesperanza? ¿Bienestar? ¿Enojo? ¿Tranquilidad? ¿Preocupación? ¿Confianza? ¿Negatividad? Porque puede haber habido logros que no fueron vividos con alegría y puede haber habido alegría aunque no ocurriera algo muy especial. El factor alegría modifica el tono y la calidad de la experiencia. Si te resulta atractiva la idea de vivir un año en el que puedas tener fortaleza para resolver las situaciones que se vayan presentando con buena cara, los problemas sean vistos como oportunidades de crecimiento y el tono de tus emociones sea más luminoso que oscuro, tal vez quieras proponerte como objetivo transitarlo con alegría. Esto no sólo es posible, sino que tiene varias ventajas. Dado que la alegría es un estado emocional muy personal y subjetivo, no depende de lo que otra persona haga o diga, y tampoco depende de condiciones externas. Instalar alegría en tu vida sólo depende de vos

Cómo aprender a desarrollar la alegría
Antes de avanzar en el camino mismo que nos lleva a la alegría, hay un punto en el que vale la pena insistir, la alegría es un estado corporal/emocional que no está sujeto ni a lo económico ni a lo material. Cada ser humano, independientemente de lo que acontezca en su vida, puede participar de este aprendizaje: podés acceder a ser alegre, más allá de la situación en la que te encuentres.

Entonces, ¿en qué consiste el aprendizaje?
* Educar a tu mente: la mente tiene que educarse para que una enorme reserva de capacidades que se encuentran dormidas en tu interior salgan a la luz y se pongan de manifiesto en acciones.
* Controlar el miedo: para que no se vuelva tu asesor privilegiado en las decisiones que tengas que tomar.
* Aceptar los cambios que ocurren a tu alrededor y en vos misma. Por ejemplo, tenés que tener una conversación seria con tu jefe o con un familiar y lo demorás. Esto te produce un alivio pasajero pero a la vez cierta molestia por haber demorado una situación. El “patear para adelante” responde más a miedos y resistencias que a una incapacidad real para realizar una acción.
* Conocer tus pensamientos, los que están a la vista y los que no, aquellos de los que estás orgullosa y los que te avergüenzan o apenan. Conocerlos es conocerte.
* Cambiar tus hábitos. La persona que está triste, repite tristeza. Quien tiende a enojarse, ve motivos de enojo a cada paso. El gran arte de la transformación es que salgas del hábito que no te trae bienestar y que generes uno que resulte atractivo, deseable, positivo y alegre.
* Tu mente no conoce otras barreras más que las que sin darte cuenta le imponés.

Conocer los recursos que hay en tu cuerpo, y en particular en tu corazón: tu corazón es mucho más que un órgano que bombea sangre, posee inteligencia propia. Equilibra su propio ritmo, el funcionamiento hormonal, mejora tu sistema inmunológico y también se hace cargo de disminuir el estrés. Cuando experimentás emociones positivas, te acompaña, cambiando el patrón habitual de actividad de tu sistema nervioso y reduciendo el nivel de cortisol (la hormona que nunca falta cuando tu tensión se pasa de la raya). Además es la mano derecha de tu sistema emocional, ya que las señales que emite a través de su actividad rítmica, determinan las características emocionales de tu experiencia concreta. Tu corazón también participa de la liberación de oxitocina (conocida como la molécula del amor) por lo que es un instrumento central para que puedas acceder a la alegría.
Las reflexiones positivas de fin de año nos ayudan a pensar que el 2023 puede llegar repleto de buenos momentos si intencionamos y trabajamos para que eso suceda. Todo el equipo de Sendero Regional les desea un año maravilloso, con nuevas oportunidades y desafíos, esos que nos ayudan a crecer y ser mejores personas.

Carlos Laboranti – Director Ejecutivo