Lejos de ser una época para el descanso, el verano es un momento que demanda especial atención en la producción ganadera. Además de provocar que los animales se alejen de la zona de confort, la ingesta de pasturas infectadas con ciertos hongos puede agravar el efecto de las altas temperaturas. Además, el consumo repentino y excesivo de agua luego de un periodo de privación, puede generar cuadros de intoxicaciones en los rodeos. Por esto, el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado del INTA Balcarce brinda recomendaciones para minimizar las pérdidas.
Ignacio Llada, jefe de residentes del Servicio especializado del INTA, señaló que los problemas sanitarios que se producen con mayor frecuencia tienen que ver con el estrés térmico y el efecto directo del calor sobre los animales. Esto se suman el síndrome distérmico, generado por la ingestión de sustancias (ergoalcaloides) que agravan el efecto del calor, y la intoxicación hídrica, asociado a la ingesta excesiva de agua de individuos muy sedientos.
“El síndrome distérmico es provocado por la ingesta de pastura infectada con diferentes hongos endófitos, que generan una sustancia denominada ergoalcaloides”, expresó Llada y agregó: “Hay uno en particular que es endófito e infecta a la festuca y no puede verse a simple vista. Para identificarlo hay que hacer análisis específicos”.
“Otro hongo, denominado Clavicep purpurea, que afecta a un número más amplio de gramíneas y cereales”, indicó LLada y aseguró que es visible a simple vista, debido a que su forma de resistencia (llamada escleroto) se ve como un “cuernito negro” que reemplaza a la semilla de la planta.
Los ergoalcaloides que producen estos hongos generan vasoconstricción periférica en la piel de los animales que lo consumen e impiden que puedan disipar el calor en forma correcta. Los síntomas clínicos son agitación, aumento de la frecuencia respiratoria, jadeo constante y búsqueda desesperada de sombra y de agua.
“En los casos más extremos de intoxicación es posible observar mortandad en el 30 % de los casos de festucosis y un 15 % en los casos de intoxicación por Claviceps purpúrea, según los casos registrados en el INTA Balcarce”, aseguró Llada y agregó: “También se registran bajas ganancias o pérdida de peso, menor producción de leche y menor eficiencia reproductiva”.
Para prevenirlo, desde el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado del INTA Balcarce recomiendan la disponibilidad de fuentes de sombra y agua para los animales. En caso de tener que mover la hacienda para realizar algún trabajo en la manga, proponen planificar el movimiento de hacienda –previa consulta a la información del Servicio Meteorológico Nacional– en el momento de menor temperatura ambiente.
Como aspecto destacado, Llada aseguró que estos problemas no solo se ven en animales en pastoreo, sino también en sistemas feedlots y puede estar asociados al consumo de rollos de festuca, donde el hongo conserva su toxicidad aún henificado, o debido a la utilización de subproductos como el afrechillo de trigo o productos de descarte, como el barrido de semillas, los cuales pueden estar contaminados con Claviceps purpurea. Por esto, “se recomienda realizar análisis previos antes de suministrar estos alimentos a los animales”, señaló.
Intoxicación por agua
La intoxicación por agua ocurre cuando los animales sufren una privación prolongada de líquido para beber. “Cuando los animales toman nuevamente contacto con el líquido, lo ingieren de golpe y se intoxican”, manifestó Llada.
Esto ocurre comúnmente cuando los animales fueron sujetos a un ejercicio severo, como arreos prolongados, un día de trabajo en manga, luego de transportes prolongados, o cuando estuvieron expuestos a las altas temperaturas sin acceso a las aguadas.
Por otro lado, la calidad del agua puede afectar su palatabilidad y reducir su consumo. En casos con exceso de sales, la ingesta puede cesar, por lo que es importante recordar que la calidad del agua es un factor determinante.
Para detectar este envenenamiento, Llada indicó estar atento al comportamiento de los animales, debido a que se pueden ver deprimidos, ausentes del medio y echados, sin posibilidad de levantarse. En casos extremos, la mortandad puede llegar al 15 %.
Se trata de una afección neurológica, debido a que el exceso de líquido comprime el sistema nervioso. Para evitarlo, se recomiendan recorridas diarias por los corrales para asegurar el buen estado de las aguadas y el suministro de una fuente de agua de calidad en los corrales donde los animales son encerrados para la realización de trabajos en manga.
Frente a nuevos arribos al establecimiento, luego de viajes prolongados y encierres en lotes desconocidos, es importante enseñarles el lugar donde se encuentran las aguadas, debido a que es posible que no lo encuentren de inmediato y pasen sed.