Por el especialista en agroclimatología, ingeniero agrónomo Eduardo Sierra.
En un informe realizado para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explico los fundamentos de por qué se alejan para el 2023 las posibilidades de que se presente otro año Niña tras el golpe que recibió la cosecha de trigo y ahora la siembra de maíz y soja por la falta de lluvias.
Durante el verano 2023 el sistema climático pasará gradualmente del “Neutral Frío”, que se instaló a fines de la primavera 2022, a un “Neutral Cálido”, que completará la normalización de la marcha del clima. No obstante, la primera parte de la estación continuará observando perturbaciones, que irán disminuyendo su intensidad hasta dejar de actuar en forma negativa, pasando a hacerlo en forma positiva.
El anticiclón del Brasil incrementará su capacidad hasta un nivel cercano a lo normal, aportando lluvias a la Región Oriental del Paraguay, el sur del Brasil, el este de la Región del Chaco Argentino, la Mesopotamia, la mayor parte del centro y el este de la Región Pampeana y el Uruguay, llevando las reservas de humedad de los suelos en un nivel adecuado.
No obstante, debe tenerse en cuenta, que es normal que el inicio de la estación observe una pausa en las lluvias, que suele extenderse durante las semanas centrales de enero, dando tiempo seco y caluroso, hasta que las precipitaciones se reactiven hacia el final del mes o comienzos de febrero.
Las áreas que reciben humedad desde la Cuenca Amazónica, como Bolivia, el NOA, Cuyo, el Chaco Paraguayo, el oeste de la Región del Chaco Argentino y el oeste de la Región Pampeana observarán una temporada de lluvias normal a superior a lo normal.
Perspectiva de heladas tempranas
El riesgo de heladas tempranas se evalúa a través de la fecha de inicio de las heladas agronómicas, en las que la temperatura desciende por debajo de 3°C en el abrigo meteorológico, pero puede bajar por debajo de 0°C a campo. Este tipo de heladas es el más común en las zonas cercanas al trópico, donde no suelen ser frecuentes las heladas meteorológicas, en las que la temperatura desciende por debajo de 0°C en el abrigo meteorológico.
La temporada de heladas 2023 apunta a tener un comienzo menos temprano que el observado en la temporada 2022. Mientras en 2022 las heladas agronómicas comenzaron en gran parte de la Región Pampeana Argentina a fines de marzo, en la temporada 2023 su inicio se prevé entre mayo y junio, cerca del rango normal de fechas.
Un proceso similar se dará en las distintas regiones que componen el Cono Sur. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que un comienzo más tardío, no implica una menor intensidad, ni un final más temprano, aspectos que irán siendo dilucidados a medida que se cuente con la información necesaria.
Perspectiva para el otoño 2023
Durante el otoño 2023 quedará instalado un escenario “Neutral Cálido”, llevando la marcha del clima a un nivel cercano a lo normal. El anticiclón del Brasil alcanzará su nivel normal, aportando lluvias a la Región Oriental del Paraguay, el sur del Brasil, el este de la Región del Chaco Argentino, la Mesopotamia, la mayor parte del centro y el este de la Región Pampeana y el Uruguay, llevando las reservas de humedad de los suelos en un nivel adecuado.
Las áreas que reciben humedad desde la Cuenca Amazónica, como Bolivia, el NOA, Cuyo, el Chaco Paraguayo, el oeste de la Región del Chaco Argentino y el oeste de la Región Pampeana observarán un final algo temprano de la temporada de lluvias. La Cordillera comenzará a recibir aportes tempranos de nieve.
Conclusiones
El reciente debilitamiento de los Vientos Alisios, indicado por el cambio de signo del SOI, confirma la tendencia positiva del sistema climático, alejando el riesgo de un tercer episodio consecutivo de “La Niña”, y fortaleciendo la transición hacia un estado “Neutral”.
La temporada 2022/2023 debe verse como un proceso de transición entre las condiciones severas causadas por “La Niña” y los vientos polares en las temporadas 2020/2021 y 2021/2022, y las condiciones más benignas, tal vez tipo “El Niño”, que pueden esperarse en la temporada 2023/2024, causando efectos climáticos diferenciales, según la región que se considere.
Debe tenerse en cuenta que, a lo largo del proceso de transición en marcha, el sistema climático continuará mostrando perturbaciones de entidad, haciendo necesario un manejo riguroso y el uso de la tecnología disponible.