El Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Ministerio de Economía anunciaron este viernes la entrada en vigencia de la tercera fase del programa económico, que implica la eliminación de una serie de restricciones cambiarias y la puesta en marcha de un régimen de flotación administrada entre bandas de 1.000 y 1.400 pesos. Entre los cambios, se destacó la derogación del esquema de dólar blend para exportaciones, una medida que impacta directamente en el funcionamiento del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y en los incentivos de los principales sectores generadores de divisas del país.
El llamado “dólar blend” fue una política implementada para ofrecer un tipo de cambio más favorable a los exportadores. Permitía liquidar un 80 por ciento de las divisas provenientes de exportaciones al dólar oficial y el 20 por ciento restante al dólar financiero, ya sea contado con liquidación (CCL) o dólar MEP.
Este mecanismo buscaba mejorar el precio efectivo de liquidación, en un contexto de brechas cambiarias elevadas, con el objetivo de incentivar la liquidación de divisas y reforzar las reservas del BCRA. En la práctica, generaba una doble cotización para los exportadores y una diferencia sustancial frente al resto de las operaciones cambiarias en el mercado oficial.
Según explicó el Banco Central, “se derogará el Programa de Incremento Exportador (80/20 o dólar blend) para la liquidación de exportaciones. Se eliminan plazo de 30 días en el acceso a divisas para pagos de importaciones de bienes finales y servicios”.
La decisión implica que, a partir de la implementación del nuevo régimen, la totalidad de las divisas obtenidas por exportación de bienes y servicios deberán liquidarse en el mercado oficial, sin posibilidad de canalizar un porcentaje a través del financiero.
Esto busca simplificar el mercado spot de cambios, según el BCRA, y favorecer el desarrollo de mercados a término, tanto para el tipo de cambio como para materias primas.
El fin del esquema blend generó reacciones inmediatas en el sector agroexportador. Gustavo Idígoras, presidente del Consorcio de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (CIARA-CEC), consideró que la nueva política cambiaria avanza hacia un marco más competitivo. Según afirmó, el programa económico detallado por el Ministerio de Economía y el Banco Central apunta a una liberalización del cepo cambiario y a la consolidación de un tipo de cambio de referencia dentro de “un rango amplio”, con un techo de 1.400 pesos.
Para Idígoras, ese tipo de esquema puede mejorar las condiciones de competitividad del país y permitir que el sector agroexportador encuentre nuevas oportunidades en el comercio exterior. Su lectura destaca la relevancia del nuevo régimen de bandas como una señal concreta de previsibilidad para los principales generadores de divisas del país.
Desde el análisis macroeconómico, el nuevo esquema también generó evaluaciones técnicas sobre su impacto en las reservas del Banco Central. Juan Manuel Truffa, economista de la consultora Outlier, señaló que la combinación de la estacionalidad del segundo trimestre con el fin del blend puede mejorar los incentivos para liquidar divisas. Según explicó, si el tipo de cambio oficial opera en niveles cercanos a los 1.200 pesos, el nuevo esquema representa, en la práctica, una mejora del 5 por ciento respecto del blend anterior, por lo que resulta razonable esperar un aumento de las ventas al MULC.
Además, Truffa remarcó que el anuncio despeja el horizonte de corto plazo al establecer reglas claras sobre el régimen cambiario y los desembolsos de los organismos internacionales, dos elementos que, en su opinión, el mercado venía demandando para poder anticipar flujos y tomar decisiones de inversión.
Por su parte, el economista Daniel Marx valoró el salto en reservas que va a significar el primer desembolso. Pero para ver acumulación de reservas, sostuvo, va a ser necesario complementarlo con políticas adecuadas y, como siempre, estará influido por el clima internacional. “Me parece un monto superior a lo esperado. Ayuda a la acumulación de reservas posterior si es complementado con otras cuestiones de importancia, incluyendo políticas, monetarias, estructurales, clima de inversiones… en un complejo escenario internacional”, dijo.
En la misma línea, Martín Polo, estratega de Cohen, advirtió que el nuevo régimen ofrece condiciones más favorables que las vigentes en las semanas previas, aunque con variables a seguir de cerca. Polo recordó que el Banco Central venía de vender unos USD 2.500 millones en el mercado oficial, y consideró que el nuevo esquema debería facilitar la reversión de esa dinámica, siempre y cuando se logren ciertos equilibrios clave: reducir la salida de divisas por turismo, contener los pagos de importaciones y sostener una buena tasa de liquidación por parte del agro.
Según Polo, el régimen de bandas va a implicar una dinámica de intervención ajustada, donde el Gobierno deberá decidir si permite que el tipo de cambio se acerque al límite superior antes de intervenir. Esa tolerancia va a incidir directamente en la capacidad del BCRA para recomponer reservas. También proyectó que, en las primeras jornadas tras la implementación, el tipo de cambio podría subir más del 3 por ciento, como reacción inicial del mercado, para luego estabilizarse en función de la oferta y la demanda.
“La meta es que acumules reservas por los números que tengo, tendrías que acumular en lo que queda este trimestre más o menos USD 3.000 millones, así que me parece que eso con el blend te puede ayudar un poco más. Por ese lado es desafiante, creo que apuestan mucho a que el blend sea todo para ellos y no tengas incremento en la demanda. Creo que no va a ser tan así, pero bueno, va a haber que dejarlo andar a ver qué pasa”, concluyó el analista de Cohen.
Otro punto clave del nuevo esquema es la intervención del BCRA dentro de la banda de flotación, un aspecto que fue analizado por Gabriel Caamaño, economista de la Consultora Ledesma. Según su interpretación del documento oficial, el Banco Central dejó abierta la posibilidad de comprar dólares dentro del rango establecido, siempre que esa operación esté alineada con objetivos de política cambiaria y acumulación de reservas.
Caamaño señaló que, aunque el BCRA no podrá intervenir de forma discrecional para frenar movimientos del tipo de cambio dentro de la banda, sí tendrá margen para operar en el MULC con el fin específico de sumar reservas. Esa lectura se basa en la redacción del comunicado, que autoriza intervenciones orientadas a sostener metas macroeconómicas, sin recurrir a mecanismos de esterilización.
Fuente: Infobae – Matías Barbería