María Bruzzone y Laura Pecoraro, son dos mujeres decididas y aventureras, que emprendieron un viaje soñado: unir Mar del Plata con Lago Puelo a caballo.
María es dueña de un museo de arte, el Museo Bruzzone, que funciona en la casa de su padre, que era artista plástico y es además guía infantil de museos. Laura es carpintera, hace casas de madera, da clases de surf y fue campeona nacional de este deporte.
Ambas son deportistas, amantes de la naturaleza y sienten un amor y un respeto especial por los caballos, a quienes cuidan y priorizan.
Salieron desde Mar del Plata y, tras más de una semana de recorrido, realizaron el primer descanso en nuestra localidad, donde encontraron hospitalidad y amabilidad en la casa de la familia Biroccio.
Para esta travesía cuentan con cinco caballos, dos montados, dos de tiro con el lomo libre y una yegua encargada de llevar la carga, que no supera los treinta kilos.
“Iremos marchando, de a poquito, al ritmo de los caballos. El camino nos irá guiando” afirmó María, quien es marchera de caballos y participó durante catorce años, en una prueba de resistencia llamada “Amadeo Lastra”. Esa marcha tenía una extensión de 750 kilómetros que se debían realizar con caballos criollos, aunque anteriormente lo hizo con caballos árabes.
Este año decidió no correr esta marcha y en su lugar, eligió pasear a caballo. Por su parte, Laura, si bien no practica ningún deporte con caballos, ha tenido trato y ha montado caballos desde chica.
Marchan cinco horas diarias
Según contaron, marchan durante cinco horas a la mañana, llegan hasta algún lugar, siempre pensando en la mejor opción para los caballos, ahí buscan agua, preparan la comida, se higienizan y descansan hasta el día siguiente, donde emprenden otra vez la marcha.