Un delincuente violentó un acceso e ingresó al interior de Café Moca, ubicado en calle 21, entre 20 y 22. Según el registro de las cámaras de seguridad, el ladrón primero pasó por el lugar, rompió la puerta y luego de varios minutos vuelve para consumar el robo.
A través de las cámaras de seguridad, se puede ver cómo el delincuente, encapuchado y a bordo de una bicicleta, realizó el ilícito sin ser detectado, llevándose dinero de la caja y un teléfono usado para los pedidos del café.
El hecho es investigado por la Estación de Policía Comunal y la Fiscalía local.
La vecina Cecilia Rodríguez, propietaria del Café Moca, relató que, aunque cuenta con sistema de alarma y cámaras de seguridad, el robo sucedió durante la madrugada sin que nadie lo advirtiera. “Me enteré cuando un amigo, que vive en la misma cuadra, escuchó la alarma y se acercó al lugar”, comentó.
La propietaria manifestó su indignación por la falta de respuesta de las autoridades ante la creciente inseguridad en la ciudad. A pesar de haber reportado el incidente, señaló que la policía ya conocía la identidad del ladrón, pero no pudieron hacer nada. «Estamos viviendo una situación preocupante. Estamos con alarma, cámaras y seguros, pero eso no garantiza nada», expresó Cecilia, quien también destacó la falta de presencia policial en el centro de la ciudad.
Sin embargo, la propietaria también manifestó su preocupación por la falta de seguridad en la ciudad y el rol de las autoridades. «No puedo dar por seguro nada, pero sí me parece, y no es la primera vez que en Balcarce liberan la zona. Esto lo sabemos todos, que los gobernantes miran para otro lado», afirmó. «La policía llegó rápido, una chica y un chico muy amables tomaron muestras de la sangre del chico que quedó en el lugar, pero lo inmediato para mí era volver a trabajar. No quiero ser mal pensada y creer que estamos en Balcarce como si fuera una casualidad, pero me llama la atención que no pasó un patrullero desde las 10,30 de la noche hasta las 6,30 de la mañana, en pleno centro», agregó Rodríguez
El robo dejó daños materiales importantes, como un vidrio roto que deberá ser reemplazado a un costo elevado, sin embargo, Cecilia resaltó que lo más grave es la sensación de vulnerabilidad y falta de seguridad. «El café continúa trabajando gracias al apoyo de mi familia, pero esta situación nos afecta profundamente», concluyó.