Es difícil resistirse a los antojos nocturnos, pero ante este impulso los médicos recomiendan comer de 100 a 300 calorías antes de ir a la cama. No se trata de “picar” un poco de todo y ver qué encuentra en la heladera porque, de hecho, algunos estudios hallaron que casi una cuarta parte de las calorías provienen de los aperitivos.
Los expertos recomiendan comer elementos ricos en nutrientes como las frutas y verduras, lácteos bajos en grasa, granos integrales o frutos secos. Dicen que los mariscos y los frijoles son buenas opciones, pero reconocen que pueden caer pesados para la noche.
De acuerdo con los expertos entrevistados por el New York Times, algunos de los alimentos que resultan sanos para su dieta nocturna son plátanos, una manzana o frutas secas, una pequeña porción de queso bajo en grasa, un yogur natural con fruta en rodajas, o avena y cereales altos en fibra con leche descremada.
Otras sugerencias incluyen vegetales crudos, galletas de grano entero con un pequeño trozo de queso, un puñado de almendras y palitos de apio untados con dos cucharadas de mantequilla de maní o mantequilla de almendra. La combinación de carbohidratos con proteínas produce sensación de llenura. Por eso, para saciarla, es bueno comerse un maíz inflado.
Como le dijo Susan B. Roberts, profesora del Centro de Nutrición de la Universidad de Tufts y fundadora del programa en línea iDiet al NYT, muchas personas sienten hambre por la noche porque “comen muy poco durante el día y luego en el momento de llegar a casa no pueden parar”, comentó. Y para otras personas, dijo la experta, los refrigerios antes de acostarse puede ser un mal hábito.
Una pregunta útil antes de dormir es si realmente tenemos hambre o no. Las personas, a menudo, confunden la sed con el hambre. Por eso, los científicos recomiendan beber mucha agua durante el día y dicen que cenar también con agua trae los mayores beneficios. Así mismo, antes de dormir, resulta bueno tomarse un vaso de leche baja en grasa o un té descafeinado caliente o frío.